Recurrentes palabras tiradas al aire

Camino, pienso, me siento, escribo, vuelvo a pensar, organizo mis ideas y, ¿Qué tengo?; absolutamente nada, ni si quiera sé por dónde empezar; hundida de nuevo en un barro, en una poza, sin saber qué hacer, sin saber que decir, sin saber con quien hablar.

 

Solo arañarme, arañar, gritar, gritar.

Cortar, cortarme, llorar.

Matar, matarme.

Un suicidio a largo plazo; como dice en algún lugar.

Maldita vanidad; malditos cambios; no pretendo echarle la culpa a nadie sino a mí misma de mis propios errores; de cómo el entorno en donde vivo me ha moldeado y he moldeado a las personas.

Humillaciones; humillaciones que me han convertido en mi propio verdugo, en mi propio asesino, en aquella hada malvada que nadie quiere ser, a que todos le temen.

Aquella persona que tiene dos caras una buena y una mala y en la cual se convierte por cada situación.

Principios; palabras sueltas sin ningún orden, sin ningún sentido; teniendo tanto que escribir y no poderlo decir.

Hada estúpida; vida estúpida; circunstancias estúpidas; quiero volver al hospital, quiero volver a empezar, olvidarme de las personas, olvidarme de quien soy, olvidarme de mi.

Estúpida, boba, crédula.

Manipulable, triste, gorda.

Patética, tóxica.

 Fea, ridícula.

Malvada, sin alma, sin corazón.

Sin piedad.

De nuevo Antonia.