Hay olores de olores; olores que nos repugnan; olores que
nos hacen llorar, olores que nos calman… otros que enamoran.
Les confesaré algo que siempre hago; HUELO, si me la paso
oliendo a las personas sin que se den cuenta, para poderme robar un poco de su esencia,
amo oler, amo percibir olores; me tele trasportan instantáneamente a mundo que ninguna otra persona puede ir; y
solo estoy yo, estoy ahí percibiendo cada ser vivo, cada aroma….
Un día había un pequeño insecto (Mallophora ruficauda); o como le
pueden llamar comúnmente moscardón; el estaba ahí quieto, perdido pues se había
entrado a un lugar donde nunca debió entrar, LA COCINA, y yo estaba ahí, observándolo
sin moverme, (me encanta observar cosas), lo cogí y acerque mi nariz en el caparazón; olía a
tierra; así que se me vino una malvada idea; lo puse en agua y lo lleve hasta
el microondas, lo prendí por unos cuantos segundos; y claro el bicho ese, se
explotó que pesar, pero luego saque el vaso y lo olí, olía extremadamente
horrible … Ese tipo de olores se quedan
en tu mente y se graban por siempre, porque son fuertes.
Otro caso en el pude oler algo que nunca había olido en mi
vida; conocí a una persona, viaje a una ciudad x, de Colombia y pude
encontrarme cara a cara con esta persona, de la emoción lo abracé naturalmente,
pero lo alcancé a oler a percibir su aroma que me cautivo de inmediato y cada
vez que me acuerdo de él recuerdo su olor y no lo puedo dejar escapar; porque
me robé un poco de él.
Amo oler, amo oler las mañanas, amo oler el pasto, los
arboles, la madera, el campo, la sangre (sí, soy rara), amo el olor del
chocolate, amo el olor de leo (mi perro) y amo el olor de él. Simplemente me
encanta como huele.